Mujeres violentadas en el trabajo

Solo una de cada 10 mujeres que sufren violencia laboral solicitan ayuda o denuncian. Es un dato de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, elaborada por el INEGI; y que derivó en una nota publicada esta semana en Forbes.

¡Vaya tema! Caben tantas preguntas… ¿cuál fue la diferencia entre la que tomó acciones y la que no lo hizo?, ¿qué le impidió a esas 9 denunciar?, ¿las empresas mexicanas toman en cuenta estas cifras?, ¿cuántos empresarios toman en serio el tema?

A decir del mismo estudio, más del 40% de las afectadas no denunció porque sintió “que no le afectó”, casi un 24% por miedo a las consecuencias y el resto, porque no sabe cómo denunciar.

Y sí… ciertamente todas esas razonas son válidas, lo que no me parece del todo razonable es que el laboral, sea el tercer ámbito en el que las mujeres sufrimos violencia. Las acciones violentas van desde solicitar una prueba de no gravidez para contratarlas, hasta la discriminación frente a sus colegas varones.

¿Qué hacer?

Te cuento que en mi experiencia laboral muchas veces me sentí discriminada y no supe cómo manejarlo… también me daban miedo las represalias. Ahora que tengo mi propia empresa procuro que la equidad de género sea una política y que la condición de hombres o mujeres no se traduzcan en tratos injustos. Me parece que si desde los más pequeños empresarias comenzáramos a tomar más en serio el tema, las organizaciones no tendrían que incubar violencia, sino paz.

Videos en redes sociales… y sus riesgos

Apenas hace algunos días leí en el portal “Alto Nivel” la nota “Video en móviles ya compite con el horario estelar en TV“. La pieza confirmó lo que ya había observado: una clara preferencia por los contenidos en video.

Sin embargo, me sorprendió conocer que la preferencia compita ya con el llamado “prime time” de las televisoras. Y pensándolo un poco más, me resulta lógico ya que he escuchado a la mayoría de los millennials a mi alrededor decir que no ven televisión.

Las posibilidades que nos abre la era del video son de verdad sorprendentes. Personalmente me resulta muy atractivo el Facebook live y casi todos los jueves hago una transmisión.

No obstante, me siento sacudida por dos situaciones ligadas a los videos en Internet:

  • Hoy se dio la noticia de que “el asesino de Facebook” se suicidó. Este sujeto que, días atrás mató a un hombre mayor elegido al azar y, además, subió el video del delito a la red social, decidió quitarse la vida.
  • También hoy vi en mi Facebook personal unos segundos de un video de una persona que, tratando de incentivarnos a dejar de consumir carne animal, ilustró gráficamente el sufrimiento de los cerdos en los rastros. Lo que me tardé en dejar de seguir al usuario bastó para que la imagen se me quedara en la cabeza.

Evidentemente en el primer caso no vi ni busqué el video y en segundo, opté por dejar de seguir al usuario en cuestión. Entiendo el fin, pero el medio utilizado, para mi, no es el ideal.

Y de ahí esta reflexión, ¿dónde están los límites de lo que podemos transmitir, ver y recomendar o difundir en video? Me parece que se está abriendo un canal que podría prestarse a la transmisión de violencia en todas sus formas y desde mi particular punto de vista, esas acciones no contribuyen a crear un mundo más pacífico.

Si tendemos a ver, buscar y producir contenidos en video, pienso que tendríamos también que adoptar la responsabilidad de seleccionar los contenidos a observar, generar y subir a Internet que contribuyan de manera positiva, propositiva y pacífica a la red. Probablemente sea una utopía, sin embargo, pienso que no podemos dejar de reconocer la fuerza de la comunicación visual y la responsabilidad de quienes la generan, la recomiendan y la difunden.

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