El fin de semana pasado tuve clases en el Máster. Se trata de una formación para convertirme el coach sistémico, pero no solo eso, estoy aprendiendo una metodología creada por Michael Blumenstein, la “Teoría Blumenstein“.
La Teoría es amplísima y se refiere, en diversos momentos a la forma en la que contribuimos con los demás para crear construcciones de realidad individualizadas.
Este fin de semana hablamos del diálogo como una forma de contribución y me encantó la forma en que, mi amiga Katia del Rivero nos explicó las características de un diálogo constructivo:
- Todas las contribuciones tienen el mismo valor.
- Todos los miembros en el diálogo tienen el mismo derecho a contribuir
- Todos “hablan desde el corazón” (desde mi, lo que siento y lo que necesito)
- El diálogo debe seguir una forma (por ejemplo poner turnos de un minuto para cada participante)
Es muy interesante lo que ocurre cuando ponemos orden y forma al diálogo con otros. De verdad que se crean ambientes muy propicios para construir juntos.
¡Hay tanto que hacer juntos!