Solo una de cada 10 mujeres que sufren violencia laboral solicitan ayuda o denuncian. Es un dato de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, elaborada por el INEGI; y que derivó en una nota publicada esta semana en Forbes.
¡Vaya tema! Caben tantas preguntas… ¿cuál fue la diferencia entre la que tomó acciones y la que no lo hizo?, ¿qué le impidió a esas 9 denunciar?, ¿las empresas mexicanas toman en cuenta estas cifras?, ¿cuántos empresarios toman en serio el tema?
A decir del mismo estudio, más del 40% de las afectadas no denunció porque sintió “que no le afectó”, casi un 24% por miedo a las consecuencias y el resto, porque no sabe cómo denunciar.
Y sí… ciertamente todas esas razonas son válidas, lo que no me parece del todo razonable es que el laboral, sea el tercer ámbito en el que las mujeres sufrimos violencia. Las acciones violentas van desde solicitar una prueba de no gravidez para contratarlas, hasta la discriminación frente a sus colegas varones.
¿Qué hacer?
Te cuento que en mi experiencia laboral muchas veces me sentí discriminada y no supe cómo manejarlo… también me daban miedo las represalias. Ahora que tengo mi propia empresa procuro que la equidad de género sea una política y que la condición de hombres o mujeres no se traduzcan en tratos injustos. Me parece que si desde los más pequeños empresarias comenzáramos a tomar más en serio el tema, las organizaciones no tendrían que incubar violencia, sino paz.