¿Te perdiste el programa de hoy? Aquí el audio de “La Oferta del Día” con mi colaboración para #RadioMexiquense. En esta ocasión charlé con Mariana Martínez, Directora de la Estación, acerca de la importancia de seguir aprendiendo y así invertir en nuestro perfil profesional.
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La entrevista de trabajo “perfecta”
Si te perdiste el programa de hoy, aquí va el audio de “La Oferta del Día” con mi colaboración para Radio Mexiquense. En esta ocasión con el tema “La entrevista de trabajo perfecta“.
Recuerda que puedes escucharme los martes y jueves a las 10 de la mañana con temas para buscadores de empleo.
Videos en redes sociales… y sus riesgos
Apenas hace algunos días leí en el portal “Alto Nivel” la nota “Video en móviles ya compite con el horario estelar en TV“. La pieza confirmó lo que ya había observado: una clara preferencia por los contenidos en video.
Sin embargo, me sorprendió conocer que la preferencia compita ya con el llamado “prime time” de las televisoras. Y pensándolo un poco más, me resulta lógico ya que he escuchado a la mayoría de los millennials a mi alrededor decir que no ven televisión.
Las posibilidades que nos abre la era del video son de verdad sorprendentes. Personalmente me resulta muy atractivo el Facebook live y casi todos los jueves hago una transmisión.
No obstante, me siento sacudida por dos situaciones ligadas a los videos en Internet:
- Hoy se dio la noticia de que “el asesino de Facebook” se suicidó. Este sujeto que, días atrás mató a un hombre mayor elegido al azar y, además, subió el video del delito a la red social, decidió quitarse la vida.
- También hoy vi en mi Facebook personal unos segundos de un video de una persona que, tratando de incentivarnos a dejar de consumir carne animal, ilustró gráficamente el sufrimiento de los cerdos en los rastros. Lo que me tardé en dejar de seguir al usuario bastó para que la imagen se me quedara en la cabeza.
Evidentemente en el primer caso no vi ni busqué el video y en segundo, opté por dejar de seguir al usuario en cuestión. Entiendo el fin, pero el medio utilizado, para mi, no es el ideal.
Y de ahí esta reflexión, ¿dónde están los límites de lo que podemos transmitir, ver y recomendar o difundir en video? Me parece que se está abriendo un canal que podría prestarse a la transmisión de violencia en todas sus formas y desde mi particular punto de vista, esas acciones no contribuyen a crear un mundo más pacífico.
Si tendemos a ver, buscar y producir contenidos en video, pienso que tendríamos también que adoptar la responsabilidad de seleccionar los contenidos a observar, generar y subir a Internet que contribuyan de manera positiva, propositiva y pacífica a la red. Probablemente sea una utopía, sin embargo, pienso que no podemos dejar de reconocer la fuerza de la comunicación visual y la responsabilidad de quienes la generan, la recomiendan y la difunden.
Los “qués” y los “cómos”
Estoy ya muy cerca de terminar el Máster que inicié el año pasado. Tan solo pensarlo me emociona mucho porque ha sido un proceso realmente profundo de cambios, aceptación, desprendimientos y sobretodo, de aprendizajes.
El Máster ViSi Coach fue creado por Michael Blumenstein y Katia del Rivero pensando en formar Coaches con perspectiva de sistemas sociales. Hoy, después de varios meses de estudio, prácticas y mucha reflexión, me doy cuenta que en realidad este ha sido un Máster para la vida… para muestra un botón.
Apenas el fin de semana pasado analizamos la distinción entre los “qués” y los “cómos”. Llegamos a la conclusión de que, con frecuencia, nos metemos tanto en los “cómos” que olvidamos los “qués”.
Particularmente tengo una pequeña gran obsesión con la planeación y organización. Tengo un control por proyectos (en proceso, potenciales, por cerrar) otro, para ver los avances de cada uno de los proyectos en proceso, una agenda semanal de las tareas que no debería postergar, la agenda del día y miles de post-it’s en todos esos controles y agendas.
A veces me descubro invirtiendo mucho tiempo en esa organización y sobre organización… me parece que mi miedo es que algo importante se me olvide. Incluso tengo una libretita junto a la cama por si se me olvidó anotar algo y ya estoy en la cama.. .y otra en la bolsa de mano ¡por si se ofrece!
Parece un poco loco, pero cuando eres freelance y llevas cinco clientes simultáneos, un Máster, un Periódico, una Novela, un iBook, una casa, un marido y un chihuahua al mismo tiempo… la lista de pendientes puede complicarse.
No obstante me he dado cuenta que a veces esta compulsión por organizar me hace olvidar los “qués”, es decir, para qué estoy haciendo todo eso. Y de verdad me ha sido útil una lista más que mantengo a la vista: mis “qués”… cuando la analizo me doy cuenta que la vida no está nada mal y que aunque mis “cómos” pinten un día o un mes caótico, los “qués” plantean orden y cordura.
La felicidad ¿está en Noruega?
El 20 de marzo se celebra el “Día Internacional de la Felicidad“. Se trata de una iniciativa de las Naciones Unidas para resaltar la importancia de la felicidad en la vida de todos los seres humanos.
La pregunta obligada es ¿para qué sirve el mencionado “día internacional”? Me parece que ocurre algo parecido a lo generado por el “Día de la Mujer”, “del Medio Ambiente”, “del Niño” y un larguísimo etcétera. Pienso que tales conmemoraciones son un buen pretexto para reflexionar sobre el tema y que difícilmente cambiarán algo a menos de que en verdad tomemos decisiones diferentes. El día que no exista “el día” de ese tema, lo habremos superado.
En otras palabras, y tratándose específicamente de la Felicidad, su Día Internacional implica recordar el infinito de personas que lo son todo, menos felices: quienes viven en una guerra, con una enfermedad incurable, en la pobreza, en soledad, con miedo.
Muchas de las notas publicadas sobre el tema nos llevan a ubicar como el “país más feliz” a Noruega. Si bien no le resto mérito a sus excelentes condiciones de vida y la belleza de sus auroras boreales, me atrevo a pensar que incluso algunos podrían ser de lo más infelices en ese sitio.
Estoy convencida de que la felicidad es una actitud ante la vida. Claro que debe ser verdaderamente retador tomar esa actitud cuando se ha perdido todo o cuando el desastre y la tragedia están a la vuelta de la esquina. Sin embargo, en el otro extremo tenemos a quienes sin estar viviendo en un contexto extremadamente árido se sienten profundamente infelices.
Entonces ¿dónde está la felicidad? Seguramente para muchos está en Noruega. Para mi, está en casa y eso puede ser en cualquier sitio, porque el hogar está dentro de mi.
Nico se hizo viral
Con frecuencia mis clientes me preguntan a qué se refiere el concepto de “viral“. Recuerdo haber escuchado el término varios años atrás, desde los nacientes expertos en redes sociales, que soltaban la palabra con tal naturalidad que apenaba preguntar algo más.
Cuando pienso en “virus” me remito a la pandemia de influenza en México del 2009. En ese entonces trabajaba como editora para Expansión y aunque algunos editores en jefe se rehusaban a dejarnos ir, al final terminé siguiendo un improvisado plan de crisis para trabajar desde casa.
Dato curioso: la palabra virus se asocia con la raíz latina weis (fluir, veneno) y con el griego ios (veneno).
Por su parte, “viral” sin duda me remite a Facebook, a Twitter, a los famosos memes y a todo lo que representa la red como escaparate informativo. También me hace pensar en los riesgos de subir un comentario desafortunado, un like a destiempo o un tuit descortés... en fin, lo que le ha costado la chamba y el prestigio a más de una persona y empresa. En esos casos pareciera que la palabra está relacionada con algo francamente venenoso.
Hoy me encontré una historia maravillosa y pienso adoptarla para comentar con mis clientes a qué se refiere el término”viral”. Resulta ser que una maestra en Madrid, España, quiso demostrar literalmente a sus alumnos la rapidez y fuerza de Internet, así como sus riesgos.
Bajo este orden de ideas, un simpático dibujo de “un muñeco de palitos” nos sonríe bajo la leyenda “Ayúdame a recorrer el mundo. Soy Nico”.
Por lo pronto, hoy 1º de marzo de 2017 “Nico” ha cruzado continentes y está en México, ¿hasta dónde llegará el viajero sonriente que acompaña en una aventura virtual a la Maestra y sus alumnos? No lo sé, pero lo que sí es fácil advertir es que la creativa profesora ha logrado dar una excelente demostración a sus pupilos.
¿Podría un robot escribir este post?
El título de este post esconde un miedo y me parece que se trata de un temor que comparto con muchos profesionales: el hecho de que la tecnología nos desplace de nuestros puestos de trabajo.
La reflexión obedece a una nota que leí recientemente en El País titulada “¿Puede un robot sustituirte en el trabajo?” y cuyo análisis deriva del libro “La carrera contra las máquinas” del 2011.
Si bien la robótica está avanzando, como todos los temas tecnológicos, a una velocidad impresionante, también está generando una serie de cuestionamientos en materia del trabajo.
Honestamente no me disgusta la idea de tener un robot que me ayude en las tareas domésticas o incluso, uno que pudiera hacerme una cirugía. Sin embargo, no estoy segura de querer ver que un robot escriba textos como éste.
Táchenme de egoísta, retrógrada, inflexible o simplemente aferrada al pasado, estoy segura de que ninguna máquina puede suplir la sensibilidad del escritor… todavía.
Es muy probable que mi Bisabuelo (por cierto, de oficio periodista) se hubiera negado a escribir en una Apple y pienso que seguramente mi bisnietos (si es que los llego a tener) se reirán de mi absoluta negación acerca de la llegada de la robótica a las redacciones y conferencias de prensa. Al menos, eso es lo que deseo.
14 de febrero ¡sin palabras!
¡Qué difícil es escribir sobre el Día de San Valentín sin caer en cursilerías! Honestamente pensé en dejar en blanco esta página. Sin embargo, las redes sociales me dieron la solución. Entendí que, en muchas ocasiones, es mejor callar y dejar que los diseñadores editoriales nos sorprendan.
Les comparto esta magnífica portada de The New Yorker del 14 de febrero del 2000. ¡Feliz San Valentín!
Cómo tener un buen diálogo
El fin de semana pasado tuve clases en el Máster. Se trata de una formación para convertirme el coach sistémico, pero no solo eso, estoy aprendiendo una metodología creada por Michael Blumenstein, la “Teoría Blumenstein“.
La Teoría es amplísima y se refiere, en diversos momentos a la forma en la que contribuimos con los demás para crear construcciones de realidad individualizadas.
Este fin de semana hablamos del diálogo como una forma de contribución y me encantó la forma en que, mi amiga Katia del Rivero nos explicó las características de un diálogo constructivo:
- Todas las contribuciones tienen el mismo valor.
- Todos los miembros en el diálogo tienen el mismo derecho a contribuir
- Todos “hablan desde el corazón” (desde mi, lo que siento y lo que necesito)
- El diálogo debe seguir una forma (por ejemplo poner turnos de un minuto para cada participante)
Es muy interesante lo que ocurre cuando ponemos orden y forma al diálogo con otros. De verdad que se crean ambientes muy propicios para construir juntos.
¡Hay tanto que hacer juntos!
¿Adiós a la FM?
En días pasados leí una nota de la BBC cuyo título me saltó de inmediato “El fin de una era: Noruega, primer país del mundo en apagar su señal de FM“.
En el portal se lee que el “apagón” se dio el pasado 11 de enero y que significa “un ahorro anual de unos US$25 millones“. Sin duda, es un dato relevante y me genera algunas inquietudes:
- ¿Cómo convencer al escucha de la señal FM de migrar a la emisión digital?
- ¿Qué pensarán los noruegos al saber que en México conservamos señales FM y AM?
- ¿Será la versión electrónica tan mágica como lo es la de FM?
Desde mi experiencia, la señal tradicional de radio (si es que cabe el término) tiene su encanto.
Recuerdo muy bien cuando mi Papá me regaló mi primer aparato de radio. Era un radiecito de pilas que encendía un alegre botón rojo al frente cuando se prendía. A través de su única bocina pude escuchar las diversas alternativas de radio. AM me pareció siempre ligada a mis vecinos, unos señores grandes (que yo veía como dulces abuelitos) que disfrutaban todo el día de “El Fonógrafo“… música ligada a su recuerdo.
Por mi parte, cuando descubrí WFM 96.9 me pareció maravilloso ¡la estación estaba en su mejor época! Así me dejé endulzar el oído por Martín Hernández en las mañanas y soñé con ser un poquito como Charo Fernández, tan fresca y espontánea al aire. También me reí a carcajadas con los episodios del famoso “pavo asesino“, creación del talentoso Alejandro González Iñárritu.
No cabe duda, para mi, la radio tiene una magia única. Actualmente, una de las actividades que más disfruto son mis colaboraciones con Radio Mexiquense. Cada vez que se abre el micrófono algo sucede en el aire… y entonces me imagino a una niña escuchando mi voz emocionada desde su primer radio.